El running, o salir a correr, es uno de los mejores ejercicios para mantenerse en forma gracias a la combinación de la resistencia cardiovascular, el trabajo de fuerza en las piernas y –cómo no– la quema de grasa. Pero también hay una serie de errores bastante comunes en la práctica de este ejercicio que pueden provocar lesiones. Te enseñamos cuáles son y cómo evitarlos.
Evita lesiones en el running con estos consejos
Uno de los principales errores que se cometen al progresar en el running es el exceso de kilometraje: es fácil ponerse en forma rápidamente y podemos caer en el error de aumentar los kilómetros semanales sin control. No se trata de correr más, sino de correr mejor, y por ello es importante combinar las sesiones de larga distancia con otros entrenamientos más enfocados a desarrollar la fuera y la propiocepción de las partes del cuerpo implicadas en la carrera.
Por otra parte, correr demasiado despacio (o demasiado deprisa) puede tener consecuencias negativas. Un ritmo demasiado acelerado puede acarrearte problemas cardiacos si estás empezando con la actividad y no controlas tus límites aeróbicos razonables. Vigila tus pulsaciones y asegúrate de mantener la frecuencia cardiaca controlada durante las primeras semanas.
Correr despacio acarrea un riesgo importante de lesión para las rodillas si no ejecutas la técnica de carrera a la perfección. Como bien explican en Rutfitners, un ritmo excesivamente lento puede poner en peligro las rodillas de los corredores que apoyan demasiado el peso sobre los talones.
Otro peligroso error que cometen tanto principiantes como runners con experiencia es no calentar adecuadamente. Los músculos no pueden pasar de una relajación total a un esfuerzo prolongado sin sufrir, y a largo plazo se exponen a tirones o incluso roturas de fibras en plena carrera. Lo ideal es combinar ejercicios de movilidad de todo el cuerpo (rotaciones suaves de tobillos y cadera, flexiones controladas de rodillas, etc.) con estiramientos dinámicos y unos 5 o 10 minutos de carrera suave, dependiendo del tipo de entrenamiento o prueba que vayas a realizar.
Por último, y por el mismo motivo, olvidarse de estirar tras la carrera es un error que también acaba pasando factura: puedes sufrir contracturas (con sus respectivos dolores asociados) y acortamiento de los músculos que provocarán a su vez una importante pérdida de la flexibilidad.
Tómanos en serio: ¡cuídate cuando corras!
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