Dormir mal te hace engordar, y si duermes menos horas de la cuenta también acabarás notándolo en la acumulación de grasas. El cuerpo necesita su justo periodo de descanso para estabilizar el metabolismo.

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Dormir mal te hará engordar más de la cuenta

Hemos comentado muchas veces que una de las claves para mantener un peso sano es lograr acelerar el metabolismo y el consumo calórico en reposo. Esto se puede lograr, por ejemplo, con el trabajo de fuerza o los entrenamientos HIIT.

¿Qué ocurre entonces cuando ralentizamos el metabolismo? Pues que el cuerpo no necesita tantas calorías para realizar sus funciones y, por tanto, acaba acumulando «las sobras» en forma de grasa.

Este fenómeno se agrava por dormir mal. En cierto modo, el cuerpo detecta que la falta de sueño se debe a una situación estresante o difícil. Asumimos que hay peligro, y por tanto necesitamos guardar reservas para momentos difíciles.

Dormir mal (o poco) aumenta también el apetito

Además de los problemas del ritmo en el metabolismo, los últimos descubrimientos científicos indican que la falta de sueño aumenta el apetito y las ansias por ingerir grasas.

Hay una zona del cerebro conocida como «red de asignación de relevancia», que nos guía en la toma de decisiones. Y esta área se ve afectada por la falta de sueño, estimulando el apetito y empujándonos a comer más (por lo general, más grasas).

Por tanto, tenemos una peligrosa combinación: más ingesta de grasas y un metabolismo más lento garantizan un aumento de peso muy rápido si no se ponen los medios para afrontar el problema.

Si estás atravesando un periodo de mucho estrés y sabes que estás durmiendo mal, te recomendamos tener a mano snacks saludables que te ayuden a luchar contra la ansiedad y el exceso de apetito. Lo importante es que seas consciente de esta situación y no te dejes arrastrar por las ganas de comer en grandes cantidades.

Laura Tejerina
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