Sabemos que sentarse a meditar no es fácil. Muchas veces tenemos que aguantar dolor de espalda o incomodidad, y eso nos distrae de nuestro verdadero propósito. Y si nos cuesta mantener la conciencia plena cinco minutos, ¿cómo podemos aguantar una hora en postura de meditación?

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La postura de meditación perfecta

La primera pregunta que debemos hacernos es: «¿qué es la postura de meditación?» Y podemos ir un poco más lejos: ¿existe una postura de meditación perfecta?

En casi todas las tradiciones y prácticas de meditación se nos recomienda practicar sentados, no tumbados. De esta manera hay menos riesgo de caer en sueño profundo…

Pero esa «regla» casi universal no se aplica a quienes sufren dolores de espalda. ¿Qué sentido tiene mantenerse sentados aguantando un dolor insoportable? En ese caso, la postura «perfecta» sería contraproducente: en vez de concentrarnos mejor, apenas podríamos meditar por la incomodidad.

¿Cuál es la conclusión? Que merece la pena buscar la postura ideal de meditación para cada caso concreto. Pero si no tienes ningún problema en la espalda, toma nota de nuestros consejos para que puedas mantenerte en posición de meditación (sentad@) durante largos periodos de tiempo.

¿Cómo aguantar mejor el tiempo que pasas meditando?

Hay muchas maneras de cuidar la espalda mientras meditas. Lógicamente, todo ejercicio necesita práctica, y cuantas más veces te sientes a meditar, antes te acostumbrarás.

Para mantener la espalda recta durante mucho tiempo, necesitas fortalecer toda esa musculatura. Te recomendamos practicar yoga o Pilates, disciplinas que dan mucha importancia a la faja abdolumbar.

También puedes empezar sentándote con la espalda apoyada en la pared, y probando poco a poco a despegarte de ella. Después de varias sesiones, conseguirás pasar cada vez más tiempo con la espalda recta y sin ayuda.

Si el apoyo sobre el suelo resulta incómodo (o si el suelo está frío) no conseguirás concentrarte para meditar. Prueba mejor a apoyarte sobre un cojín, y protégete del frío con calcetines y con una mantita.

¿Se te duermen las piernas cuando meditas? Prueba a mover un poco los pies cuando eso ocurra, y a reajustar la cadera en el suelo. En pocos segundos todo volverá a la normalidad.


Bloggers invitados – Despierta y Entrena

Laura Tejerina
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