Los deportistas de los años 70 no tenían muchos problemas al elegir un calzado deportivo, ya que la variedad de esos años era muy escasa. Con pocas marcas en el mercado y un número reducido de modelos, la elección no tomaba mucho tiempo. Hoy en día la elección de un calzado deportivo va más allá de elegir un modelo que sea atractivo.
Factores importantes para elegir calzado deportivo
En la elección de nuestro calzado deportivo debemos tener en cuenta:
- El deporte: en cada deporte las exigencias del calzado son diferentes. En algunos prima la amortiguación; en otros, la resistencia de la suela para cambios de ritmos y frenadas.
- La frecuencia de uso: algunos calzados especifican la frecuencia semanal de uso (una vez por semana, tres veces por semana, todos los días, etc.).
- La superficie: el calzado debe estar adaptado a la superficie donde vayamos a practicar el deporte (asfalto, hierba, césped artificial y tierra).
- Nuestro pie: no todos tenemos el mismo tipo de pie, ni pisamos igual. Este factor es el más importante para la elección correcta de un calzado deportivo. Existen, por su morfología, pies cavos, normales y planos en distintos grados; por la forma de pisar los hay pronadores, neutros y supinadores; y por la formas de los dedos tenemos pies griegos (segundo dedo dominante), pies egipcios (primer dedo dominante) y pies cuadrados (primer y segundo dedo del mismo largo).
Teniendo en cuenta el deporte, la frecuencia y la superficie donde lo llevaremos a cabo e identificando qué tipo de pie tenemos (atendiendo a todas las clasificaciones mencionadas) ya podemos elegir nuestro calzado deportivo.
Consecuencias de no tener un buen calzado deportivo
Cuando practicamos deporte, nuestros miembros inferiores soportan todo el peso del cuerpo. El impacto tiene que ser absorbido por nuestro sistema de amortiguación natural (cadera, rodillas, tobillos y pies); y si no usamos un calzado deportivo adecuado, podemos sufrir problemas como dolor articular, fatiga, o lesiones (esguinces y roturas musculares).
El calzado deportivo también está diseñado para un rendimiento óptimo durante un periodo de tiempo. Por poner un ejemplo, las zapatillas de running garantizan su eficacia de amortiguación y comfort de 800 a 1200 horas de entrenamiento. Esto quiere decir que, pasado este periodo, tenemos que reemplazarlas.
Nuestro calzado deportivo tiene que ser ventilado y lavado con frecuencia para evitar la formación de bacterias causadas por la sudoración de nuestro pie.
Antes de usar un calzado deportivo nuevo debemos adaptarlo a nuestros pies. Caminar es una buena forma de «hacernos con ellos» antes de utilizarlos «a tope».